Está
empezando a hacer calor, los días se alargan ¡y hay más tiempo para estar al
aire libre haciendo toda clase de cosas divertidas!
Pero,
si te vas a exponer al sol, sobre todo en un día caluroso, deberás protegerte.
Averigüemos cómo.
No
te quemes
Aunque
es verdad que el sol quema, también hace cosas agradables. Nos calienta. Hace
que las flores y las plantas crezcan. Incluso nos proporciona vitamina D para
que nuestro organismo absorba mejor el calcio y podamos tener huesos fuertes y
resistentes.
Hace
todo esto irradiando luz, lo que incluye los invisibles rayos
ultravioletas. Estos rayos también se llaman rayos UV. Algunos rayos
ultravioletas atraviesan el aire y las nubes y penetran en la piel. Cuando tu
piel se ha expuesto a demasiados de estos rayos, desarrollas lo que se conoce
como quemadura solar.
¡Qué
daño!
Algunas
personas desarrollan quemaduras solares antes que otras debido al color de su
piel. Si eres rubio o pelirrojo y tienes la piel y los ojos claros, quemaras
antes que alguien con la piel y los ojos oscuros. Eso se debe a que tienes
menos melanina. La melanina es una sustancia química de la piel que nos
protege del sol, al reflejar y absorber los rayos ultravioletas. Las personas
de piel más oscura tienen más melanina. No obstante, aunque tengas el pelo
oscuro, los ojos oscuros o una tonalidad de piel más oscura, también puedes
desarrollar quemaduras solares. Solo que tardarás un poco más de tiempo en
desarrollarlas.
Las
quemaduras solares tienen mal aspecto y son muy dolorosas. Pueden salirte
ampollas en la piel. Te puedes ver obligado a quedarte en casa pasándolo mal
mientras todo el mundo está afuera divirtiéndose. Te harán más propenso a que
te salgan arrugas cuando seas mayor. Y, lo peor de todo, pueden provocarte
cáncer de piel cuando seas adulto. Puesto que tener arrugas y ponerse enfermo
no son cosas que ocurran de inmediato, puede darte la impresión de que nunca te
ocurrirá nada parecido. Pero, aun así, necesitas tener cuidado.
Cuando
el sol aprieta
No
hace falta que te escondas por completo del sol o te tapes como una momia para
protegerte de él. Pero deberías adoptar estas dos medidas:
- Ponte
siempre protector solar.
- Descansa
del sol a menudo poniéndote bajo cubierto o a la sombra.
- Estas
medidas son de especial importancia entre las 10:00 de la mañana y las
4:00 de la tarde, cuando el sol es más fuerte.
- Utiliza
un protector solar que tenga un FPS de 30 o superior. Póntelo entre 15 y 20
minutos antes de exponerte al sol. Las letras FPS son la abreviatura de
"factor de protección solar" y el número te indica cuánto tiempo
puedes estar al sol sin quemarte.
Pero
esto no siempre es cierto, así que vuelve a ponerte crema al menos cada dos
horas, solo como precaución. Hazlo más a menudo si has estado bañándote o
sudando mucho, aunque el protector solar sea resistente al agua. Y recuerda que
es más fácil quemarte cuando estás en el agua o vas en barco porque el reflejo
del agua intensifica los rayos solares.
Asegúrate
de ponerte crema solar en todo el cuerpo. Esto incluye algunos sitios que quizá
no se te ocurran, como la parte superior de las orejas, la nuca, la raya del
pelo, la cara y los empeines. Es posible que necesites ayuda para extenderte la
crema en la espalda, así que pide a tus padres o amigos que te echen una mano.
Si quieres bloquear completamente el paso de los rayos solares para que no te
lleguen a la piel, ponte ropa que no sea transparente, es decir, a través de la
cual no puedas ver la mano. Si llevas ropa más fina, es posible que te quemes.
Lleva una gorra con visera para taparte la cara.
No
olvides que también debes protegerte los ojos de los rayos ultravioletas. Lleva
siempre gafas de sol cuando este apriete y asegúrate de que tienen una etiqueta
que indique que no dejan pasar los rayos ultravioletas.
Beber
agua es muy importante para mantenerse sano, sobre todo cuando hace calor. Al
sudar, pierdes parte del agua que necesita tu organismo para funcionar como es
debido. Y si haces deporte o corres al sol, pierdes incluso más agua porque
sudas mucho más.
Por
lo tanto, bebe mucho y no esperes a tener sed: beber antes de que te entre sed
impide que el nivel de agua de tu cuerpo descienda demasiado (deshidratación)
cuando hace calor o sudas mucho al hacer ejercicio. Si te olvidas de beber y de
pronto te entra sed, empieza a beber enseguida. Hay muchas botellas de agua que
se ven preciosas, ¡así que hazte con una, llénala y bébetela!
Qué calor, ¿no?
Si
el sol está muy fuerte o estás haciendo ejercicio en un día caluroso, es fácil
que sufras insolación. Los niños lo sufren cuando su cuerpo no se puede
enfriar con la suficiente rapidez. Un niño que ha sufrido un golpe de calor
puede sentirse excesivamente acalorado, fatigado y débil.
La
insolación pueden ocurrir de repente. Es posible que una persona se desplome
mientras juega al fútbol o al tenis, por ejemplo. Las personas que los sufren
pueden sentirse muy fatigadas durante los días posteriores.
El golpe
de color es una afección relacionada con el calor bastante más grave que
la anterior. Una persona con el golpe de color puede dejar de sudar, tener la
piel enrojecida y caliente y tener mucha fiebre. Puede sentirse desorientada y
confusa e incluso perder el conocimiento. El golpe de color requiere atención
médica urgente.
Asegúrate
de avisar a una persona adulta si te notas caliente y te duele la cabeza o te
sientes mareado o con ganas de vomitar. Ella te pondrá a la sombra, te dará
líquidos y te llevará al médico si es necesario.
La
buena noticia es que el sol no tiene por qué ser tu enemigo si te pones
protector solar, bebes suficiente agua y te resguardas a la sombra cuando
empiezas a notarte demasiado acalorado. Y no te olvides de las gafas de sol.
Aparte de protegerte los ojos del sol, ¡te sientan de maravilla!
Revisado
por: Steven
Dowshen, MD
Fecha de revisión: julio de 2013
Fecha de revisión: julio de 2013